El pelaje posee diferentes tonalidades según la especie y la subespecie de la que se trate. Los linces canadiense y euroasiático oscilan entre el pardo y el amarillento, desarrollando un pelaje más largo y grisáceo en invierno. El lince ibérico es de color pardo mientras que el lince rojo, como su nombre indica, posee un manto pardo - rojizo. Las cuatro especies poseen manchas y rayas cuya densidad varía según los individuos. Por lo general, los animales más intensamente moteados son los que viven más al sur. La especie más grande es la euroasiática, que puede llegar a alcanzar los 30 kg de peso, y la más pequeña la ibérica, que raramente llega a los 20.
Se trata de animales preferentemente forestales. El lince ibérico habita en bosques de tipo mediterráneo, mientras que el euroasiático y el canadiense alternan los de coníferas y hoja caduca. También pueden habitar en zonas más despejadas, como la tundra. El lince rojo es común tanto en bosques como en las grandes llanuras y áreas de matorral del centro y oeste de Norteamérica. Las presas más comunes son los lagomorfos y roedores de cierto tamaño, a las que se añaden de forma más ocasional aves y ungulados de pequeño tamaño, como corzos y crías de ciervos y muflones. Los pequeños carnívoros, entre los que se incluye el gato montés, tampoco escapan a su depredación.
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